De varia commensvracion para la escvlptvra y architectvra

Valor incuestionable de la De Varia Commensuración, de Juan de Arfe, es su grado didascálico. Aparte de todo lo que significó como contribución a las teorías del cuerpo humano bien proporcionado, desde la antigüedad hasta la época moderna anexionadas por los filósofos al concepto de la «harmonía del universo», la Varia fue concebida desde un punto de vista de la «utilidad y provecho», en el más alto y literal sentido de estos dos términos. Dirigida al artista a fin de que «sepa lo que hace» y abandone la rutina, ya que el arte es ante todo algo «artificioso», sólo realizable con «traza y compostura», Arfe se preocupó de proporcionar un texto claro y de buena calidad literaria, acudiendo al complemento de glosas o resúmenes escritos en versos, ya que opinaba que los preceptos por su medida «se perciben y encomiendan a la memoria) mejor en verso que en prosa». Y con ello no sólo contribuyó a demostrar la capacidad de los españoles para lo teórico, los cuales, sin embargo, en su opinión, son gente poco «curiosa de escribir», sino también a dar dignidad a un arte liberal, no mecánico, en el cual son necesarias e indispensables la clarificación de conceptos y un ineludible saber científico. De ahí no sólo la importancia de su texto, sino también de sus ilustraciones, imágenes y diseños, en los que se hace patente lo que el artista debe siempre tener presente y en su memoria.