Vestigios de una necrópolis neoclásica: el cementerio de espada

La historia de la arquitectura funeraria en La Habana comenzó con la construcción
del Cementerio General (1806), auspiciado por el obispo Juan José Díaz de Espada, primer
campo santo que se construyó en Hispanoamérica, como consecuencia de la Real Cédula de
Carlos III del 3 de abril de 1787, que obligó a los ayuntamientos a erigir necrópolis municipales
en lugares apartados de los núcleos urbanos y que acabó con la costumbre de inhumar
en las iglesias y conventos. Ese recinto funerario inicial, ya desaparecido, fue realizado por el
arquitecto francés Étienne-Sulpice Hallet, figura que introdujo el neoclasicismo dentro de la
arquitectura habanera.

Materia
Museos
Idioma
  • Castellano
Unidad Proponente
Ministerio de Cultura y Deporte
EAN
9789200005541
ISBN
978-92-0-000554-1
Páginas
21
Edición
1
Fecha publicación
01-01-2011